Si juntos hemos visto un tiempo de palomas
y el rostro asombrado de un niño ante la vida.
Si hemos acabado la fruta compartida
y plantado el árbol para esperar la sombra
y en una nueva tierra ardiente y rumorosa,
ya está plantada nuestra primera semilla,
¿por qué quieres dejarme con mi ilusión de espiga?
Esta cosecha de a dos no puedo hacerla sola.
"Los que me aman saben
que puedo odiar y no quiero;
los que me odian no saben
que quiero amarlos
y no me dejan".
Mercedes Careggio.