Tu voz me llama, desde los trigales,
¡oh tierra mía que ha curtido el tiempo!, es el sonido duro de la gleba cuando ya siente el roce de los vientos. Pero ese grito viene de ti misma, mi tierra noble, desde los ancestros, los mismos que labraron tus terrones, los hombres que pasaron y murieron. Es una voz distinta y solidaria, es esa voz que clama en el desierto, buscando las raíces de la vida, el pan y la comida con denuedo. Es esa voz quizás desesperada buscando en esta vida su alimento, por medio de la tierra y de los hombres arando sin descanso los alberos. La tierra de secano blanquecina, la misma que labraron los abuelos, aquellos que dejaron esta herencia, de tierra de sudor y sufrimiento. Tu voz me llama, desde los maizales, ¡oh tierra dura del jardín que llevo!, ¡cuánto daría por poder decirte, regar al fin, tu corazón sediento!. Sentir tu corazón como a una rosa, mojar la tierra dura en el invierno, con esas nubes negras que nos llegan dejando lluvia amarga por los suelos.Entradas populares
-
La Ventana La ventana está allí ¡cuántos recuerdos guarda! desde el inocente rubor del primer beso hasta el temblor de la primera lágrima....
-
Va una cuarteta para Árbol de Diana. El fotógrafo es un escritor amigo de Quaraí. Cariños, Gerardo.
-
El sol con sus rayos rojos ya no brilla, ya no arde; que está dormida la tarde y está dormida en tus ojos. Al morir, c...
-
"La poesía es el punto de unión entre el poder divino y la libertad humana." Octavio Paz (México) El s...
-
Un hombre sueña que ama a una mujer. La mujer huye. El hombre envía en su persecución los perros de su deseo. La mujer cruza un p...
-
Cuando la noche se vuelca sobre las arrugas del tiempo, tu nombre es palabra que quema... Soy ceniza... Diego ...
-
Abraza la soberbia que hay en ti, porque detrás de ella hay un niño no querido. Abraza la exigenci...
-
Por el Camino Real iba mi padre -silbo en los labios, luz en la mirada- prestancia campesina, gentilhombre e...
-
. Las mujeres se pintan antes de la noche. Los ojos, la nariz, los brazos, el hueco poplíteo, los dedos de los pies. Se pintan con maq...
-
Imagen de Víctor Casaravilla Escalada enviada por el autor Fue nuestro afán de niño conquistarla y escapa en el intento nuestra vida. ...
martes, 29 de marzo de 2022
Tu voz me llama desde los trigales, de Rafael Sánchez Ortega
martes, 15 de marzo de 2022
Poemas de Gerardo Molina
La Ventana
La ventana está allí
¡cuántos recuerdos guarda!
desde el inocente rubor
del primer beso
hasta el temblor
de la primera lágrima.
Pero no estás tú,
apenas los fantasmas
de todo lo vivido,
de aquel amor inmenso,
no han querido marcharse de la casa.
Gerardo Molina
Recordándote
Sobre esta quieta luz del mediodía,
Junto a las olas de imposible llanto,
Recuerdo que te amé, que te amo tanto
Y pienso que tal vez aún eres mía.
Quedó atrás la ilusión. Nuestra porfía
Contra el destino se volvió quebranto
Y tenaz, solo, como el mar, levanto
La certeza en regresos todavía.
Pero no en vano se ama así, mi cielo,
Una herida de amor, en su desvelo,
Se vuelve un rojo altar donde adorarte.
Arde en soles la noche del que espera;
Sobre la desazón una quimera
Y un «¡Volveré!» en los ojos del que parte.
Gerardo Molina (profesor, escritor y poeta de Uruguay)
viernes, 4 de marzo de 2022
Sobre los hombros, de Susana Valenti
que nos hace existir.
Susana Valenti
miércoles, 2 de marzo de 2022
Me gusta cuando callas, de Pablo Neruda
Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
Pablo Neruda