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sábado, 26 de diciembre de 2020

La rosa---grandes autores




La Rosa Prudente


A su espinoso mundo sometida
vive y muere la rosa colorada:
su pura soledad, ¡qué bien guardada!,
su bandera de amor, ¡qué defendida!

Guerra, pero entre dardos florecida:
cielo, mas al arrimo de la espada,
si hasta la rosa llega tu mirada,
no se le atreve al fin tu mano herida.

Miel indefensa, corazón desnudo
que a todo viento, si es de amor, te inclinas,
falto a la vez del arma y del escudo:

¡busca ya la milicia cuidadosa!
y que, mortificado en tus espinas,
te valga la prudencia de la rosa.

de Sonetos de Sophia de Leopoldo Marechal (1900-1970)




A una Rosa

Ayer naciste y morirás mañana
para tan breve ser, ¿quién te dio vida?
¿Para vivir tan poco estás lucida,
y para no ser nada estás lozana?.

Si te engañó tu hermosura vana,
bien presto la verás desvanecida
porque en esa hermosura está escondida
la ocasión de morir muerte temprana.

Cuando te corte la robusta mano
ley de la agricultura permitida,
grosero aliento acabará tu suerte.

No salgas que te aguarda algún tirano;
dilata tu nacer para tu vida,
que anticipas tu ser para tu muerte.

Luis de Góngora (1561-1627)
Representante del culteranismo en España del siglo XVII



La Rosa

Cuando se abre en la mañana,
roja como la sangre está;
el rocío no la toca
porque se teme quemar.
Abierta en el mediodía
es dura como el coral,
el sol se asoma a los vidrios
para verla relumbrar.
Cuando en las ramas empiezan
los pájaros a cantar
y se desmaya la tarde
en las violetas del mar
se pone blanca, con blanco
de una mejilla de sal;
y cuando toca la noche
blando cuerno de metal
y las estrellas avanzan
mientras los aires se van,
en la raya de lo oscuro
se comienza a deshojar.

Federico García Lorca (1898-1936)
España-Siglo XX-Vanguardismo.


miércoles, 18 de noviembre de 2020

Poemas de Gerardo Molina (Uruguay)

 

















El mensaje de la tarde o La esperanza


La tormenta ha cerrado sus párpados sombríos

sobre el curvo horizonte y la luz que agoniza.

Yo recojo un pedazo de azul para mi canto,

última flor incólume de la tarde que muere.


Pero este azul pequeño puede llenar el mundo

y vencer las tinieblas y triunfar de la muerte.

¿Cuántos son los que pueden -como yo en este instante-

recoger el mensaje de la tarde que muere?


Si el corazón es sabio develará el enigma.

Si el alma es sensitiva la inundará su luz.

No hay cabida en mi frente para el mal ni la sombra.

¿Qué importa que la tarde ahonde su tristeza?


¿Qué importa que la noche agigante sus pasos?

La esperanza es un rayo de sol en la borrasca.


Gerardo Molina


---


Para el adolescente que se murió de amor


Cuando daban las frondas su memorial de oro

a la sed de los vientos, de rústicos pastores

dolía el caramillo doloridos dulzores

invadiendo las selvas su desolante lloro.


Las Dianas, Silvias, Filis y Amarilys en coro

por la floresta umbría contaron tus amores

ante el asombro mudo de alados parladores

tal como si admirasen centellar un meteoro.


¡Oh, adolescente anónimo! Tu corazón exhausto

de amar, a la Implacable se brindó en holocausto,

tan frágil y tan puro como una rosa en flor.


¡Y es por tu valentía ante el mundo engañoso

que tu ideal resplandece, vencido victorioso,

en todos los mortales que amamos el amor!


Gerardo Molina


domingo, 11 de octubre de 2020

La noche y la casa, de Eva Basso de Leone

 




Cuando duermes ciudad, ensimismada
en el idioma negro de las cosas,
no reconozco el jardín, las rosas,
la sombra de la verja con su arcada.

Esa casa, ese patio...¡casi nada!,
mi casa, las ventanas, el sosiego,
lugar mudo y sin luz cuando llego,
fue una vez mi sostén y mi morada.

Mi ciudad gigantesca tiene sueños
de corceles, de lunas y de emblema
que el cielo va surcando como ensueños.

Traerán cantando mi primer poema
dos duendes amarillos y pequeños...
y habrá un rosal con su primera yema.

Eva Basso de Leone

miércoles, 9 de septiembre de 2020

El rostro del viento, de H. Ak´abal




El rostro del viento
traía la palidez del miedo
y se desplomó contra la pared
del fondo de la casa.

-¿Cuál es tu mensaje?-
le preguntó la abuela.

-El aguacero es fuerte-dijo
y en la cumbre
el río perdió sus señas,
ahora viene arrastrando
todo lo que encuentra
en su camino.

El viento siguió corriendo
con la misma voz
por las asustadas calles
del pueblo que atardecía.

H. Ak´abal

viernes, 4 de septiembre de 2020

La mirada oblicua, de Berna Wang




Zhao Kailin



Te reconoceré cuando llegues.
Sólo alguien con las heridas cerradas,
sólo alguien
que ha aullado de dolor mientras las curaba
podrá mirar sin miedo
mis cicatrices
y caminar conmigo en paz.

Berna Wang


domingo, 30 de agosto de 2020

Lluvia, de J. Ortiz





Todo el día,
mi alma hoy estará suspensa
de la voz del agua
como en un sueño
mojado.


¡La voz del agua
dulcemente cierra el mundo!


Todo el día seré un niño
que se está durmiendo.


La vida será sólo
una voz querida.



J. Ortiz
1896-1978

viernes, 14 de agosto de 2020

Esa única razón, de Héctor Arizu



Cuando sientas que al final es el cansancio
el Supremo dueño de tu sitio
y te envuelva fugaz un negro manto
llevándose tus sueños y tu estío.
Porque el ver suplicar al inocente
tambalearon de impotencia tus principios,
porque el amor que diste te ha gastado
y aquél que recibiste te ha dolido,
no te apenes si al final así conjugan
tus sueños, tus temores, tus delirios.
Si has dejado un amigo que aún te extraña,
si en tu mesa quedó un libro consumido,
si al sentir la guía de tu mano
encendiste la sonrisa de tu hermano,
quédate en paz, no te asombres que ya has llegado.
Esa es la única razón  de tu existencia
y la brutal verdad de tu destino.

Héctor Arizu

lunes, 10 de agosto de 2020

Cuéntame tu vida, de Coca Rossi





El saldo de tu vida es casi un cuento,
una obra distinta de las otras,
un gesto que se asume por costumbre,
un inútil intento que se agota.
Susurra suavemente entre silencios,
cuéntame, de tu vida, de algunas cosas;
de su monotonía, de sus miedos,
sus esperanzas viejas y remotas.
No quiero conocer intimidades,
quiero que me confíes tus congojas,
tus llantos, tus tristezas, tus olvidos,
las palabras valientes y las otras;
no temas, sólo intento consolarte
pues te siento temblar como una hoja...
No claudiques, tus viejas ilusiones
siguen alrededor, como una ronda,
y la luz del amor palpita intacta
en la mentira antigua de las sombras...

Coca Rossi (Coordinadora del Conservatorio Literario de Rosario-Argentina)


jueves, 6 de agosto de 2020

Aquellos viejos tiempos, de Carmen Lala




¿Tomamos el té...?
luego conversamos
de recuerdos lindos
que tenemos ambos.
Fuimos a la escuela,
allí, el entusiasmo
de estar con amigos
en juegos muy sanos.
Juguetes, muy pocos,
pero con guijarros
rayuelas se hacían;
después al amparo
de nuestros hogares,
llegaba el encanto.
Pasaban los días,
y siempre buscamos
crecer con cariño,
ser leales, francos.
Volaban las horas,
mil cosas pasaron,
se nos fue la vida;
sólo queda el saldo
de lindos recuerdos
de felices años.
Hoy, todo es distinto
y ya nada es calmo,
existen las drogas,
violencias y falsos
"amigos" que intentan
llevarse el fracaso.
Debemos ser fuertes,
al hogar, cuidarlo;
poca gente es buena,
se vive angustiado;
ya nada es confiable
y falta el trabajo...
¡Qué poco nos queda
de los bellos años!
Quisiera ser niño
otra vez, hermano,
volver al ayer
como en un abrazo...

Carmen Lala

viernes, 31 de julio de 2020

El mundo, de Eduardo Galeano



Marcel Caram



Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
-El mundo es eso-reveló-Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno que ni se entera del viento y gente de fuego loco que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.



Eduardo Galeano
De "El libro de los abrazos"


jueves, 30 de julio de 2020

¿Deseas que te amen?, de Edgar A. Poe



Hsiao Ron Cheng



¿Deseas que te amen? No pierdas, pues,
el rumbo de tu corazón.
Sólo aquello que eres has de ser
y aquello que no eres, no.

Así en el mundo, tu modo sutil,
tu gracia, tu bellísimo ser,
serán objeto de elogio sin fin
y el amor... un sencillo deber.

Edgar A. Poe




lunes, 27 de julio de 2020

Noche de enero, de Rafael Arrieta









Noche de enero, quieta y luminosa,
junto al río, entre piedras, y a tu lado
mi corazón maduro
para la maravilla y el milagro.
Si una estrella cayese,
tendería mi mano...

Rafael Arrieta

domingo, 19 de julio de 2020

Los caminos del frío, de Raúl G. Brarda



Abraham Solomon



Nuevamente el invierno
establecía sus cánones
dictando la aspereza de la tarde.

Mi sensación era que las aves
no alcanzarían este cielo
y vivirían muy cerca de las plantas
en las inmediaciones del poniente.

Desde esos bancos desolados
años atrás,
había sentido en un instante
las apariencias que la noche engastara
en aquella tierra desierta.

Hoy descreo de un vasto poderío
sobre los pliegues de la lluvia.

Es que el paisaje contiene,
estrecha la región donde su brisa
volverá a nuestro cuerpo,
pero olvida que una ráfaga intensa
fracasará con los árboles,
tiempo antes del recuerdo
que empezará a nacer.


Raúl García Brarda



lunes, 13 de julio de 2020

Poemas de María Esther Mirad



EL CAMINO INTERIOR

Por debajo del camino terrestre,
por la espiral de arena que es la casa del alma
me moveré esta noche apartando las sombras
hasta que crezca el alba.
Voy a bajar al fondo para hurgar en los sueños,
inventar los nombres, recordar los fantasmas,
desenredar los hilos que me anudan al  suelo
y subir con el día a interrogar la luz
antes que se apague mi lámpara.



BALANCE

Sé que vendrá ese tiempo, el tiempo cero
que rechaza el metal de los relojes.
Ese infinito segundo irregistrable
en el que desgarramos los disfraces
para enfrentar desnudos ese último espejo,
el que devuelve el verdadero rostro
enmascarado por el rostro de niebla que elegimos.
Y en esa hora clave, se trizará la luna
y estallará en mis manos
el secreto reverso de la trama.


LA TIERRA

La pienso ahora,
como un tapiz antiguo, entretejido
con hilachas de tigre y de pájaros
anudados con líquenes y lirios,
entramados en oro y alabastro.
Desgarrado tapiz,
desdibujados por los dedos del viento
y vuelto a armar con hilos infinitos
y retazos de hombres y de dioses
en un telar de siglos.
Sin embargo,
la piso sin pensar, mientras camino
sobre su cuerpo de matrona tendida
en un lecho tallado en piedra y polvo
y perforo su vientre percudido
por diluvios y soles implacables
para hundirle raíces como clavos
y arrebatarle pétalos de nácar,
mientras ella, tendida,
trabaja sus incesantes partos.


María Esther Mirad

martes, 30 de junio de 2020

La sirena, de Zelmira Airaldi





Ella impulsa de modo diferente
su moreno perfil con nuevo brío,
y el Mascarón la mira fijamente
cuando le da su cabellera al río.

No la inquieta la lluvia transparente
que corre entre los saltos y el estío,
y el saucedal la envuelve blandamente
en las proximidades del navío.

Pero una vez fue claro y concluyente
que su canto en alto desafío
ninguna nota conmovió al oyente.

Y ella, que amaba el Mascarón sombrío,
se lanzó contra él y su tridente
y ensangrentada se perdió en el río.

Zelmira Airaldi.

lunes, 22 de junio de 2020

Tener un amigo, de R. Groch





Tener un amigo es ya no tener miedo cuando se tiene algo que pedir,
porque ha nacido alguien con el que uno
todo lo puede compartir.
Tener un amigo es sentirse generoso de repente y pensar
que de lo propio todo se ha de dar,
pues se achicaron tanto las distancias que quedó sola
hasta la misma soledad.
Tener un amigo es sentir un incomprensible sentimiento
cercano del amor,
pues la verdad que grita desde dentro
ha quebrado el vicio del pudor.
Tener un amigo es sentir que uno tiene todo por decir
sin que haya nada por callar,
pues los secretos se han marchado,
como se marcha el extranjero del hogar.
Tener un amigo es al fin tener al alguien a quien uno de frente puede ver,
y sentir que aprende el gran misterio
de aprenderse a conocer.
Tener un amigo es todo lo mejor que te pude suceder;
valóralo como la máxima riqueza 
que en la vida puedas tú tener.

R. Groch

lunes, 15 de junio de 2020

A Marita Chiessa Peissino, de Gerardo Molina




















In memoriam

Invade la espesura, de tu piano,
su ángel redivivo, “Para Elisa”
Y tu alma beso, trémula, en la brisa
Como besara un hidalgo tu mano.

Bajo este mismo cielo comarcano,
Un tiempo adolescente y la imprecisa
Pasión del arte -luz de tu sonrisa-
Lejos del mundo insustancial y vano.

Aunque otra tierra te acogió en su seno,
A la espesura de tu lar sereno
Tu imagen vuelve, eternamente joven.

Y, como ayer, se unen los latidos
Irradiando en un cielo sin olvidos:
Chopin, Hugo, Rubén, Schubert, Beethoven…

Gerardo Molina
Junio, 2015


Notas
Chopin, Federico, músico polaco (1810-1849)
Hugo, Victor, escritor francés (1802-1885)
Darío, Rubén, poeta nicaragüense (1867-1916)
Schubert, Franz, músico austriaco (1797-1828)
Beethoven, Ludwig, músico alemán (1770-1827)

Evocando aquel tiempo (1958) en que hacíamos veladas artísticas en el Centro Social Los Cerrillos, por ejemplo el homenaje al Poeta Eudoro Melo, el 26 de enero de ese mismo año, donde actuamos: Marita Chiessa, Esther Orraca, Ana Fuentes, Mabel Montes de Oca, los guitarristas Sosa- Garrarasini, Abel Soria y yo. Marita encantó a la concurrencia interpretando: Aires Españoles, el Vals op. 69 nº 2 de Chopin, la Serenata de Schubert, Torna a Surriento de De Curtis y el Vals Apasionado de Kalender.

viernes, 5 de junio de 2020

Poema de Rafael Sánchez Ortega



 William Adolphe Bouguereau




























Querida Luján... Acabo de leer tu poema "Pastora" y, sin querer, me han surgido estos versos que te paso.

(Inspirado en el poema de Luján Fraix, "Pastora")


Recuerdo aquel remanso de paz con las ovejas, los ojos soñadores perdidos en la acequia. Las nubes, en el cielo, robaban los suspiros surgidos de los labios con versos y balidos. El tiempo pasa lento y aumenta la esperanza, que el aire, con la brisa, me traiga tu palabra. ¡El grito de la tierra, el canto de la luna, la voz de la resaca y un eco en la penumbra...! La imagen que yo ansío del verso y de la rosa, unidos a un poema que llegue a ti, Pastora... Rafael Sánchez Ortega © 04/06/20

lunes, 25 de mayo de 2020

Oda escrita en 1966, de Jorge L. Borges














Jorge Luis Borges.
Del libro " El Otro, El Mismo".
🇦🇷
ODA ESCRITA EN 1966
Nadie es la patria. Ni siquiera el jinete
que, alto en el alba de una plaza desierta,
rige un corcel de bronce por el tiempo,
ni los otros que miran desde el mármol,
ni los que prodigaron su bélica ceniza
por los campos de América
o dejaron un verso o una hazaña
o la memoria de una vida cabal
en el justo ejercicio de los días.
Nadie es la patria. Ni siquiera los símbolos.

Nadie es la patria. Ni siquiera el tiempo
cargado de batallas, de espadas y de éxodos
y de la lenta población de regiones
que lindan con la aurora y el ocaso,
y de rostros que van envejeciendo
en los espejos que se empañan
y de sufridas agonías anónimas
que duran hasta el alba
y de la telaraña de la lluvia
sobre negros jardines.

La patria, amigos, es un acto perpetuo
como el perpetuo mundo. (Si el Eterno
Espectador dejara de soñarnos
un solo instante, nos fulminaría,
blanco y brusco relámpago, Su olvido.)

Nadie es la patria, pero todos debemos
ser dignos del antiguo juramento
que prestaron aquellos caballeros
de ser lo que ignoraban, argentinos,
de ser lo que serían por el hecho
de haber jurado en esa vieja casa.
Somos el porvenir de esos varones,
la justificación de aquellos muertos;
nuestro deber es la gloriosa carga
que a nuestra sombra legan esas sombras
que debemos salvar.

Nadie es la patria, pero todos lo somos.
Arda en mi pecho y en el vuestro, incesante,
ese límpido fuego misterioso.

domingo, 24 de mayo de 2020

Luján Fraix-Poesía-




Hola queridos amigos de este sitio ARBOL DE DIANA en honor a nuestra querida poeta Alejandra Pizarnik.

Les cuento que he decidido tener mi blog propio de poemas como hace muchos años cuando empecé en 2009. Es por eso que seguiré publicando acá los poemas de autores invitados y de autores clásicos.

Los míos, por si a alguien les interesan y quieren compartirlos, van a estar en mi nuevo sitio:

Luján Fraix
-Poesía-

En este enlace↓↓↓
lujanfraixlirica.blogspot.com

Allí encontrarán:

  • poemas de amor
  • poemas existenciales
  • poemas breves
  • poemas del Conservatorio
  • sonetos
  • haikus
  • poemas de la infancia
  • poemas de familia
Entre otros...

Gracias por todos estos años. Los quiero. Un abrazo.

-Luján Fraix-

sábado, 16 de mayo de 2020

El beso, de Fermín E. Gutiérrez



Bajo mis labios descubrí tus labios,
flor para el aguijón de mi deseo.
Palidez de tu rostro, ojos cerrados,
y callado temor, estremecido.
¡Glorioso resplandor! Y mi cariño
soñó crear la forma victoriosa.
En el minuto de la noche, el beso
fue un porfiado dulzor y un hondo abismo
pero hubo un ruiseñor entre los mirtos.

Fermín Estrella Gutiérrez

de "La niña de la rosa", 1931

viernes, 15 de mayo de 2020

1964, de Jorge L. Borges




























Ya no es mágico el mundo. Me han dejado.
Ya no compartirás la clara luna
ni los lentos jardines. Ya no hay una
luna que no sea espejo del pasado.
Cristal de soledad, sol de agonías.
Adiós las mutuas manos y las sienes
que acercaba el amor. Hoy sólo tienes
la fiel memoria y los desiertos días.
Nadie pierde (repites vanamente)
sino lo que no tiene y no ha tenido
nunca, pero no basta ser valiente
para aprender el arte del olvido.
Un símbolo, una rosa, te desgarra
y te puede matar una guitarra.

Jorge L. Borges


"A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara"

Los invito a buscar esa otra cara. Acaso la verdadera

La última inocencia, de Alejandra Pizarnik



















Partir
en cuerpo y alma
partir.

Partir
deshacerse de las miradas
piedras opresoras
que duermen en la garganta

He de partir
no más inercia bajo el sol
no más sangre anonadada
no más formar fila para morir.

He de partir

Pero arremete ¡viajera!

Alejandra Pizarnik

lunes, 11 de mayo de 2020

Terruño, de Gerardo Molina




Les cuento que hace muchos años (como veinte) yo envié un poema a un concurso de Córdoba (Argentina) y me dieron el segundo premio. Al tiempo, como no podía viajar a recogerlo, me mandaron el diploma y varias revistas literarias. En una estaban los ganadores y mi poema "La última mirada". En las hojas siguientes " No es verdad" de G. Molina (autor uruguayo). Me encantó y dejé guardada la revista como todo que lo guardo bajo siete llaves. Cuando empecé a escribir en los blogs en 2009 (tenía como nueve sitios) publiqué ese poema. Pasó el tiempo y el señor escritor, talentoso Gerardo Molina lo encontró. Yo no lo conocía. Así fue como empezamos a intercambiar libros y versos desde hace ya bastante tiempo. Hoy, en uno de sus libros, me dedica aquel primer poema. Maravilloso.

🌟


¡Hola, muy querida amiga! Ya he redondeado el libro "Terruño" (57 poemas a mis pagos Los Cerrillos y el Colorado (de adopción). Por ahí va"No es verdad":


No es verdad


                 A Luján Fraix

El pozo, la casona
y una maltrecha higuera,
paraísos abuelos,
es todo lo que queda.

¿Es todo?              
             No es verdad,
cien fantasmas azules
mi morada rodean
y saltan a mi frente
y estallan en mis venas
que se agitan y cantan
con una sangre nueva.
Las lluvias del olvido
no apagan las estrellas. 

Gerardo Molina

viernes, 1 de mayo de 2020

Al ilustre pajarito, de Francisco Mulet




Si los pájaros hablaran
como canta el cardenal,
llamarían a un congreso
que sería universal.
Y votarían la ley,
la ley de seguridad
de acabar con las jaulas
para vivir en libertad.
Construir un cielo nuevo,
entre ceibos escondido,
y una cruz de palo santo
para el pájaro caído.
Por su parte, al hornero
con su carnet de laburo*
construyendo las viviendas
para vivir más seguro.

Francisco Mulet.

*(trabajo)

jueves, 23 de abril de 2020

Frases y cuartetas, de Gerardo Molina




La esperanza es un rayo de sol en la borrasca.


El tiempo es una estrella tras de la cual giramos.


La poesía es el verbo enamorado.


Las frondas daban su memorial de oro a la sed de los vientos.


El sol asciende como una fruta rubia en el aire redondo de distancias.

Sobre esta quieta luz del mediodía,
junto a las olas de imposible llanto,
recuerdo que te amé, que te amo tanto
y pienso que tal vez aún eres mía.


En tanto surgen dulces, aladas confidencias
una llama sin tiempo nos abrasa a los dos.


En el templo agorero de la tarde
rezaré mi oración desde tu nombre.


Aún descubro las rosas de un “¡te quiero!”
en l’azul mansedumbre de tu nombre.

De adolescencia
(Escritas entre los 17 y 19 años)


Dios se encuentra en todas partes. Por ejemplo: en la luz de los astros, en el reír de la aurora, en la pureza de las vírgenes, en la inocencia de los niños. Pero sobre todo en los ojos de la mujer que amamos.


Aquel muchacho amó una vez. Pero más que a un cuerpo, amó a un alma. Más que a una mujer, amó a un ideal. Su sueño se compuso de la conjunción de la flor, del ave y de la estrella. Tenía la vida efímera de la flor; del ave, las sedosas alas y el hechizo inalcanzable de la estrella.


En algunos casos, amar es vivir dos veces; en algunos otros, es igual que morir. Pero esta muerte implica siempre una resurrección.


Quien ama la poesía, ama a Dios.


En el sentimiento del alma reside el genio del artista.


Si alguna vez pensáis en lo inconstante, en lo mudable que sois al hallar que, lo que antes decíais querer o anhelar con tanta sinceridad, hoy ya no os interesa, no os avergoncéis ni os apenéis por ello. Pero, tampoco juzguéis por lo mismo a los demás. Buscadle a cada momento su sinceridad.


No odiéis nunca o seréis esclavos de vuestro odio. Amad siempre y el amor os hará dioses.

Gerardo Molina

lunes, 23 de marzo de 2020

Estados de ánimo, de Mario Benedetti




 Frederick Church




Unas veces me siento
como pobre colina
y otras como montaña
de cumbres repetidas.

Unas veces me siento
como un acantilado
y en otras como un cielo
azul pero lejano.

A veces uno es
manantial entre rocas
y otra veces un árbol
con las últimas hojas.

Pero hoy me siento apenas
como laguna insomne
con un embarcadero,
ya sin embarcaciones,
una laguna verde
inmóvil y paciente,
conforme con sus algas,
sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza
confiando en que una tarde
te acerques y te mires,
te mires al mirarme.

Mario Benedetti