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martes, 28 de noviembre de 2017

A un jacarandá, de Irma Díaz





Ese jacarandá que derribado
en la calle, sus pétalos desliza,
esas flores que tiemblan con la brisa.
¡Cuánto azul en mis ojos ha dejado!

Aunque busquen su tronco, doblegado,
para hacerlo fugaz llama y ceniza,
el color de su copa, que agoniza,
vivirá, por mi sueño rescatado.

Ni una flor llevaré. Yo, ni lo toco;
pero mis días teñirán de a poco
sus ramas, como niebla florecida.

No quiero verlo arder para mi lumbre,
sólo guardo su azul para que alumbre
en las horas opacas de mi vida...

Irma Díaz

viernes, 24 de noviembre de 2017

Minutos de sabiduría, C. Torres Pastorino



Frank Benson



"Nunca pienses que tú estás dando más
de lo que recibes.
Quien consuela un corazón triste,
en realidad,
recibe mucho más de lo que da.
Cada día, 
al despertar,
haz afirmaciones positivas de alegría y de victoria
procurando construir en torno tuyo
un ambiente de serenidad y de armonía.
Aprende a sonreír a todos,
de tal forma que baste tu presencia
para que la alegría llegue al corazón
de los que lo tienen predispuesto
y verificarás la felicidad que eso te causará."

Del libro

"Minutos de Sabiduría"
compilado por C. Torres Pastorino
(1960-Brasil)



jueves, 23 de noviembre de 2017

Discurso interior



Obras de Joachim Lehrer



DEL REFUGIO

Enarbolar el resplandor
en los ojos y en la piel
como herida o bandera

y retomar las palabras
para silenciar el olvido
como defensa o refugio.

Guillermo Ibáñez



CÓSMICO RESPLANDOR

Reclamo tu presencia
iluminando el contorno
gris del Universo.
El cósmico resplandor
hiere a la muerte,
huye el silencio,
salen los tormentos.
Vuela mi espíritu 
pegado a tu cuerpo,
unidos los dos
subimos al cielo.

Alicia Göttig




LÍMITES

De pronto,
los dedos acarician
los límites.
Dan forma a la sombra.
Encuentran horizontales.

Encuentran la mañana,
abren los ojos,
contemplan un espacio.

Una pared,
calles entre humo,
dibujan otro sitio.
Y cuatro puertas
una ventana,
no son departamentos,
son un parque, son luces,
son cercos, son montañas.

Los dedos...
acarician... el Mar.

Cristina Lescano.


lunes, 20 de noviembre de 2017

Amor esquivo, de Héctor Solanas




Tanto nos da el amor como nos quita,
es un juego sin término ni apuesta
donde el que sale ganador no evita
ser perdedor también, la suma resta.

Nuestro amor es un juego que concita
ansiedad y sosiego, luto y fiesta.
Con alegre dolor se manifiesta
y con dolor alegre se marchita.

Nuestro amor es desdén, desasosiego,
dominio y sumisión, helado fuego,
destemplanza y calor, tiempo nublado.

Pero es también un gran contrasentido,
de tan dominador es dominado,
y de tan dominado, consentido.

Héctor Solanas

Libertad, de Hamlet Lima Quintana






Hay hombres que caminan por las calles
con un sol en la frente, un diamante de luz,
con hambre de otra vida,
con aire de combate.
Hay hombres que se sientan a la mesa
y reparten su pan con gusto solidario.
Hay hombres que despiertan y sonríen
mientras dicen: hoy es el día.
Dan la mano como un acto de fiesta,
saludan como cantando un himno.
Hay hombres que de noche
tienen sueños justos,
destierran ángeles corruptos 
y al despertar para salvar la tribu
van presurosos a su puestos de lucha.
Esos hombres son así, como usted,
son los hombres libres.

Hamlet Lima Quintana


domingo, 19 de noviembre de 2017

Tu secreto, de Evaristo Carriego





¡De todo te olvidas!. Anoche dejaste
aquí, sobre el piano, que ya jamás tocas,
un poco de tu alma de muchacha enferma:
un libro, vedado, de tiernas memorias.

Íntimas memorias. Yo lo abrí, al descuido,
y supe, sonriendo, tu pena más honda,
el dulce secreto que no diré a nadie:
a nadie interesa saber que me nombras...

Ven, llévate el libro, distraída llena
de luz y de ensueño. Romántica loca...
¡Dejar tus amores ahí, sobre el piano!
De todo te olvidas. ¡Cabeza de novia!.

Evaristo Carriego


jueves, 16 de noviembre de 2017

No te rindas, de Mario Benedetti





No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras,
enterrar tus miedos,
liberar el lastre,
retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños.
destrabar el tiempo,
correr los escombros
y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento.
Aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños.
Porque cada día es un comienzo nuevo.
¡Porque ésta es la hora y el mejor momento!


Mario Benedetti

martes, 14 de noviembre de 2017

Poemas de Clara Rebotaro



Obras de William Kay Blacklock


Nº 45



Profesos de una misma fe
compartíamos
el rito secreto
de los iniciados.
Gozo inefable
en inmovilidad completa.
...................
Se enfriaron
súbitamente
mis manos.
Con la salida gradual
de los músicos,
sentí que te alejabas,
aún permaneciendo.
Y resbaló de mi falda
el programa que anunciaba
la ejecución
de la Sinfonía de los Adioses



TONO MENOR



Te tengo todo
en mi mitad entera
roto en mi red
de innúmeras retículas
inmóviles y frágiles
íntimas de intimidad fatal.
Te tengo todo
y estoy
sola
sola
sola.


ACORDES



Yo quería renacer
en la tempestuosidad
de un amor recién descubierto
y se quebró mi letargo invernal
con la armonía de un canto
en lengua desconocida.
Miradas insurreccionales
de ardorosa languidez
se quemaron en la tarde
de una zona tórrida
donde el sol tiene su propia melodía.
Luego...
se planificó el poema
con exclusión de la conciencia.


PLUVIOSA MÚSICA



Insólito concierto
el de la lluvia
tocando con sus dedos líquidos
mi cuerpo de guitarra
afinado para armonizar
con el agua del arroyo
o del torrente.
Sonidos de caireles,
pausas de llovizna
..................
Mi ardimiento secreto
sofocado.

Clara Rebotaro



Yo sé, de Mercedes Careggio



Mía Araujo



Yo sé que puedo parecerte una extraña.
¡Por favor! Sé explorador,
lento y afanoso hasta descubrirme
en la profundidad del alma.

Yo sé que puedo parecerte piedra.
¡Por favor! Sé una gota,
paciente y prodigiosa,
horádame hasta hallar mi corazón
de arcilla
y con manos alfareras modélame a tu antojo.

Yo sé que puedo parecerte luna,
que se esconde en el monte
y aparece fría en tu ventana.
¡Por favor! Sé un poeta,
cántame tu canción de esperanza,
entíbiame en el hueco de tu sueño,
préstame un minuto de tu almohada.

Yo sé que puedo parecerte río,
que pasa y se olvida,
¡Por favor! Sé orilla. Sé dique,
para contenerme.
¡Estoy tan cansada!
Todos mis peces claman por tu playa.

¡Ah! Por fin quisiera parecerte música.
Entrar en tu oído.
Llegarte a la sangre,
envolverte todo y, como al descuido,
hacer que de pronto te duermas conmigo.

Mercedes Careggio

viernes, 10 de noviembre de 2017

De Pedro Bonifacio Palacios






























"No vemos a los ángeles;
pero en las avenidas oscuras de la angustia
se acercan y nos llaman.
Se parecen a ellos las personas queridas
y no son sino ángeles
los seres que nos aman."

Pedro Bonifacio Palacios
(Almafuerte)

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Poema interior, de Oscar Guiñazú Álvarez


Johan August Holmberg




Ese fervor de soles y septiembres
que descienden en alas de un mensaje
hacia el mundo inmediato a mis papeles
donde flotan las horas...
Ese fervor...
venido desde un sueño
que entrega las aristas de un asombro,
de una tensión,
de una infinita y leve
diafanidad del cosmos...
Sutilmente
anunciando glicinas y recuerdos
jamás desdibujados...
Sobre el muro
de una calle, volcando mariposas
a uno y otro lado...
Un movimiento nace
y sopla los rescoldos olvidados
en aceras de meses...
Vaya a saber qué peso, qué medida
asume esta alborada de regresos
por un carril que no tachó las huellas.
Y presta, la mirada
volviendo conocidos sortilegios
hacia un atrás de instancias respiradas,
hacia una mano presionando a otra,
hacia la zona tropical del beso,
buscando en el silencio
este retorno.



Oscar Guiñazú Álvarez

sábado, 4 de noviembre de 2017

No te enamores, de Martha Rivera Garrido





No te enamores de una mujer que lee,
de una mujer que siente demasiado, de una mujer que escribe...
No te enamores
de una mujer culta, delirante, loca.
No te enamores de una mujer que piensa,
que sabe lo que sabe
y además sabe volar, una mujer segura de sí misma.

No te enamores de una mujer que se ríe o llora haciendo el amor,
que sabe convertir en espíritu su carne;
y mucho menos de una que ame la poesía
(ésas son las más peligrosas)
o que se quede media hora contemplando una pintura
y no sepa vivir sin la música.

No te enamores
de una mujer a la que le interese la política y que sea rebelde
y que sienta un inmenso horror por las injusticias.
Una mujer a la que le gusten los juegos de fútbol y de pelota
y no le guste para nada ver televisión.
Ni de una mujer que es bella sin importar las características 
de su cuerpo y de su cara.

No te enamores de una mujer intensa, lúdica e irreverente.
No quieras enamorarte de una mujer así.
Porque cuando te enamores de una mujer como ésa,
se quede ella contigo o no,
te ame ella o no,
de ella,
de una mujer así,
JAMÁS se regresa.

Martha Rivera Garrido
(poeta dominicana)

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Juventud, de Douglas Mac Arthur






La juventud no es un período de vida,
es un estado del alma,
un efecto de la voluntad,


una cualidad de la imaginación,
una intención emotiva,
una victoria del coraje sobre la timidez,
del gusto de la aventura sobre el amor al confort.


No es viejo aquel que vive un cierto número de años,
sino aquel que abandona sus ideales.
Los años arrugan la piel,
mas el renunciar a los ideales arruga el alma.


Las preocupaciones, las dudas, los temores
y la desesperación son los enemigos
que lentamente nos hacen inclinar 
hacia la tierra
y convertirnos en polvo antes de morir.


Joven es aquel que se maravilla,
demanda como una criatura insaciable y después desafía los hechos
y halla alegría en el juego de la vida;
tú eres tan joven como tu confianza en ti mismo,
tan joven como tu esperanza.
Tan viejo como tus flaquezas.


Serás joven en tanto que sientas lo que es bueno,
grande y bello,
sientas los mensajes de la naturaleza,
del hombre y del infinito.
Si un día nuestro corazón fuere mordido
por el pensamiento o roído por el cinismo,
Dios tenga piedad de nuestra alma de viejo.


Douglas Mac Arthur