Ella impulsa de modo diferente
su moreno perfil con nuevo brío,
y el Mascarón la mira fijamente
cuando le da su cabellera al río.
No la inquieta la lluvia transparente
que corre entre los saltos y el estío,
y el saucedal la envuelve blandamente
en las proximidades del navío.
Pero una vez fue claro y concluyente
que su canto en alto desafío
ninguna nota conmovió al oyente.
Y ella, que amaba el Mascarón sombrío,
se lanzó contra él y su tridente
y ensangrentada se perdió en el río.
Zelmira Airaldi.