Es un vuelo vital, mi barrilete,
el que levantas a favor del viento;
entre mis manos carceleras siento
la fuerza terrenal que te somete.
Buscas con fe la altura que promete
la luz del sol, con su dorado aliento;
en tu inquietud un corazón presiento
que palpita en tu vida de juguete.
Cuando te sueltes de la cuerda impía
y tu sueño persigas, liberado,
verás amanecer un nuevo día;
y en tu mundo de cielo recortado,
se hará fin de horizonte y lejanía
tu destino, de amarras desatado.
María Honoré de Balán