Si la lluvia tuviese idea
del paradero de sus ojos comunes,
le pediría que me dijera
dónde zozobran esta noche,
desalados en qué sueño respiran,
encallados en qué orilla laten,
desorientados en qué laberinto,
apretados en qué paisaje.
Pero la lluvia es una distancia
que no responde
las preguntas tristes.
Enrique Nanti