Imagen de Víctor Casaravilla Escalada enviada por el autor |
y escapa en el intento nuestra vida.
La Vida fluye de la azul herida
y no vivimos sino para amarla.
Sentirla y escribirla y adorarla:
irreal, hechizada, presentida,
llegar al lecho donde está dormida
y con un beso leve despertarla.
Imposible, gentil, esquiva, cierta,
en nuestro ser a cada instante abierta
como una blanca flor sobre la herida.
Así, en sueños, soñamos y vivimos
y cuando al fin sintamos que partimos
con ella volveremos a la vida.
Gerardo Molina
Gracias Gerardo Molina por colaborar con esta página. Un abrazo.