En la tarde
es el camino un devorador de pasos
y el silencio
el único ausente
entre los pájaros.
El estanque
sobrevive,
porque late
una hoja en su corazón de agua
y el aliento
del aire
levanta
pequeños soles.
El aura
de la noche
abraza mis cristales
y porque ha transcurrido el día
caigo
sobre mi lecho
a pensarte
a reconocerte
en mis pasos
en la onda,
en los soles y la noche
y sigo
hasta el sueño
donde toma forma
lo imposible,
aquel inasible hilo
de donde pende mi alma
y la tuya.
Astul Urquiaga (h)