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miércoles, 2 de agosto de 2017
Poeta, de Rosa Fasolís
Escribe versos en la palma de las manos; también
sobre los párpados de ella. A veces
escribe con tinta de lágrimas,
en pétalos de niebla.
Después, los quema.
Al fervor de la llama crepitan su canción perdida
y salen a volar, levísimos
pájaros negros
que le llenan las pestañas de rimmel
y le dibujan
cuando ríe o cuando llora
esas ojeras de payaso triste,
de frustrado cantante de opereta.
A veces también grita sus poemas
en la calle. Nadie
parece escuchar. (Todos están
tan cansados de todo...)
Pero él sigue escribiendo versos.
Y ella los celebra.
Rosa Fasolís
Del libro "Sacramento y Ceniza"