Sobre los techos, la lluvia
transparente guitarra enamorada.
Por el camino rojo, interminable,
el invierno...
¿Qué más sereno que el hogar?
¿Qué otro aroma mejor que aquella leña?
¿Qué más quisiera que volver?
Ah! infancia!
Hoy me pareces ajena.
Gran pájaro gris,
el molino, majestuoso y plañidero.
Hasta el laurel,
desde los viejos pinos,
la lluvia,
el sol,
nada más.
Entre el calor del hogar
y mi libro de versos,
las manos de mi madre
tejiendo.
¡Infancia!
Qué lejana!
A veces recuerdo...
Huelo hierba, jazmín,
tierra mojada.
Tiemblo.
El niño que alguna vez fui
vierte lágrimas por los ojos
de la soledad
que soy ahora.
Mercedes Careggio