Emile Munier |
El niño estuvo y estará siempre..
El niño estará en la choza, en el palacio,
en el iglú, en el rancho,
en el valle, en la montaña, en la calle, en la casa,
en la iglesia, en el orfanato... y hasta en el cielo.
El niño estará a pesar del aborto, de la pobreza,
de la desnutrición, de la droga,
de la violencia, de las guerras...
Si tú no quieres oírlo, él gritará más fuerte.
Si tú no lo aceptas, él perseguirá tu mirada.
Si tú lo criticas, él se rebelará.
Cuando penetres en su mundo, ya no podrás salir.
Él puede convertirse en tu amo, en tu juez, en tu maestro,
en tu rey y hasta en tu Dios.
No lo subestimes nunca: él te escuchará siempre,
aunque creas que no te presta atención.
Él imita tus gestos, tus palabras.
Él ama u odia como tú lo haces.
En un segundo puede transformarse de ángel en demonio.
Sí, es verdad, no es fácil manejarlo, entenderlo, corregirlo...
Pero tú no olvides que tienes un arma poderosa
en tus manos, y es seguro que él sucumbirá ante ella:
tu arma... es tu amor.
Ada García