Eleanor Brickdale |
Envejece la tarde y claudicante
se deshace en penumbra florecida,
los arriates le dan la despedida
envueltos en la sombra vacilante.
Furtiva soledad, es cada instante
un milagro de grama humedecida;
meridiano caído en la vencida
vigencia de la luz agonizante.
Van mis dudas marchitas hacia donde
florecen los jazmines y las rosas;
el sol apaga su rubor y esconde
el fulgor de encendidas mariposas.
Busco respuesta y sólo me responde
el silencio compacto de las cosas.
María Honoré de Balán