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viernes, 17 de febrero de 2017

La llave, de Gabriel Keilis





Dormido cerré la puerta.
Al despertar quise abrirla,
pero recordé que había olvidado la llave
en el sueño.

Gabriel Keilis

Historias de Cronopios y de Famas, de Julio Cortázar




Ahora pasa que las tortugas
son grandes
admiradoras de la velocidad,
como es natural.
Las esperanzas lo saben,
y no se preocupan.
Las famas lo saben,
y se burlan.
Los cronopios lo saben,
y cada vez que encuentran una tortuga,
sacan la caja
de tizas de colores,
y sobre la redonda pizarra
de la tortuga
dibujan una golondrina.

De "Historias de Cronopios y de Famas"

Julio Cortázar


miércoles, 8 de febrero de 2017

Jazmín de medianoche y mediodía, de Juana de Ibarbourou




Amor que andas como un río vago,
azul de amor y de melancolía,
amor, mi amor, delgada flor del lago

que dura un año, que agoniza un día
y vuelve a renacer en el halago
de un cielo, con su luna todavía.

Amor, mi amor saldado
y siempre impago
jazmín de medianoche y mediodía.

Juana de Ibarbourou



La noche, de Eduardo Galeano







“… De los cuerpos, que yacían juntos, se desprendían vapores y fulgores jamás vistos,
y era tanta su hermosura que se morían de vergüenza los soles y los dioses.”
EG








La noche


I
No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera, le diría que se vaya;
pero tengo una mujer atravesada en la garganta.
II
Arránqueme, señora, las ropas y las dudas. Desnúdeme, desdúdeme.
III
Yo me duermo a la orilla de una mujer: yo me duermo a la orilla de un abismo.
IV
Me desprendo del abrazo, salgo a la calle.
En el cielo, ya clareando, se dibuja, finita, la luna.
La luna tiene dos noches de edad.
Yo, una.


Eduardo Galeano

jueves, 2 de febrero de 2017

Epílogo, de Jorge L. Borges





Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo.
A lo largo de los años puebla un espacio con imágenes de provincias,
de reinos, de montañas,
de naves, de islas, de peces, de habitaciones, de instrumentos,
de astros, de caballos y de personas.

Poco antes de morir,
descubre que ese paciente laberinto de líneas
traza la imagen de su cara.

Jorge Luis Borges

Del libro
"El Hacedor"